El ojal sastre. Preparación del ojal
El ojal sastre se realiza a mano. Se necesita hilo de hilvanar, torzal de seda, hilo corriente de coser, una vela e hilo de cáñamo o lino (hay quien sustituía el hilo de lino por agremán), unas tijeras de costura afiladas o si se tienen unas tijeras para abrir ojales.
Este post a pesar de que tiene su interés por él mismo y se puede leer de forma separada, forma parte de una serie de post que son una monografía de cómo patronar y montar a la sastre una americana sastre recta de mujer. La serie de post inicia con “Americana sastre femenina” y continúa con: “Plastrones de la americana recta sastre femenina”, “Puesta a punto de la americana mujer sastre femenina”, “El cuello picado”, “Armado de los plastrones”, “Colocación de los plastrones 1”, “Colocación de los plastrones 2”, “Casar líneas y cuadros”, “ Ensamblaje del delantero 1”, “Ensamblaje del delantero 2” , “Montaje de los bolsillos de vivos o de cartera 1”, “Montaje de los bolsillos de vivos 2”, “ Ensamblaje de la vista” , “Ensamblaje de la vista 2”, “Montaje de la espalda”, “Forro de espalda de la americana sastre”, ”Forro de espalda de la americana sastre 2”, “ Forro delantero de la americana sastre”, “Ensamblaje del delantero y espada de la americana”, “Ensamblaje de los hombros de la americana sastre”, “Ensamblaje del cuello de la americana”, “Cosido de las inglesas” “Montaje de la manga 1 Generalidades”, “La pata de la manga sastre”, “Montaje del bajo manga” y “El forro de la manga sastre”. Todos ellos los podéis encontrar en el índice de la página.
Las tijeras para abrir ojales son tipo de tijeras especiales. Sus cuchillas son como la de una tijera normal pero tienen una muesca en mitad de la cuchilla. Esta muesca nos marcará el inicio del ojal.
Más allá del centro de la tijera, en el espacio que se ramifica para hacer las dos circunferencias para introducir los dedos, lleva un tornillo. La utilidad de éste es la de poder regular el largo del ojal.
En la próxima ilustración mostramos una tijera de ojales. En la parte más a la derecha le vemos armada, en la ilustración de la izquierda superior vemos la hoja con la muesca y el tornillo y en la parte inferior izquierda vemos la hoja sin muesca ni tornillo.
Las tijeras funcionan tal y como mostramos en la siguiente ilustración.
Como vemos más enroscamos el tornillo el mordisco de la tijera es menor y por lo tanto será menor el recorrido del ojal.
Algunas de estas tijeras tienen incisa en la cuchilla a partir de la muesca hacia la punta los centímetros para poder regular de forma más precisa el tamaño del ojal.
Las tijeras de abrir ojales hoy están en desuso como la mayoría de utensilios de sastrería.
Muchos sastres, no encontraban cómodas las tijeras de ojales ya que con el tiempo el tornillo que regula el tamaño de ojal empezaba a aflojarse y con ello en un momento de desatención se podía hacer un ojal de una medida mayor o menor. Si era menor se abría con las tijeras tradicionales. En el caso en que el corte fuera mayor o se repetía todo un delantero o una de las mangas, en el caso de la americana o se hacían todos los ojales a la misma medida: demasiado grandes.
Hemos abierto el post con la tijera de ojales, en primer lugar para dar a conocer esta tijera en vía de extinción, un segundo motivo es que el ojal lo marcaremos de forma diferente según utilicemos o no la tijera de ojales.
Si utilizamos una tijera normal, la tijera no debe ser demasiado larga ni con las cuchillas demasiado finas. En sastrería, como hemos visto, las zonas donde se situarán los ojales van entreteladas. Pensemos en el delantero: tendremos dos capas de paño más la capa del plastrón mayor. Si hacemos un ojal en la solapa tendremos dos capas de paño, dos de entretela incluso hay quien pone un refuerzo suplementario en la punta de la solapa, sobre todo si ésta es aguda (por ejemplo en el caso de un Blazer que tiene el cuello de punta)
Lo que es importante para no encontrarnos con sorpresa desagradable es que la tijera que elijamos no tenga juego (que el tornillo del centro de las cuchillas apriete convenientemente las dos cuchillas) y sobretodo que las cuchillas estén bien afiladas.
Marcaremos dónde debamos hacer el ojal el comienzo de éste y la dirección del ojal. Si lo hacemos con las tijeras de sastre no será necesario marcar el final del ojal. Si utilizamos tijeras tradicionales deberemos marcar el inicio, la dirección y el final del ojal.
Antes de abrir el ojal pasaremos un hilván alrededor de la marca que hemos hecho para mantener juntas las telas y entretelas que debamos cortar. En la siguiente ilustración mostramos este hilván que hemos evidenciado con hilo de color naranja.
El segundo paso será el de abrir el ojal con unas tijeras u otras. Lo importante es cortar justo hasta el punto de inicio y final y cortar por la línea que nos marca la dirección del ojal.
Si no utilizamos las tijeras de ojales, la mejor forma es hincar la cuchilla delgada en uno de los extremos del ojal y hacerla servir de punzón. Luego abriremos el recorrido teniendo las dos hojas muy abiertas, cortando con la parte superior de las hojas (las que están más cerca del tornillo). El extremo sin embargo lo haremos con la punta de las tijeras, os sea lo más cerradas posible calculando que la punta corte justo en el punto que hemos marcado.
En la próxima ilustración mostramos el ojal abierto.
Luego hilvanaremos el corte para que no se deshilache con hilo de coser normal.
Hemos evidenciado el sobrehilado del ojal con hilo de color blanco, esta operación, así como la otra la realizaremos con la aguja corta de sastre.
No realizaremos ningún nudo, pasaremos un par de veces sobre el mismo punto hasta fijar el hilo fuera del área del trabajo, una vez acabado el ojal cortaremos los puntos de amarre de los hilos que no sirvan.
El próximo paso seré el de colocar el alma del ojal. El alma del ojal es un hilo o hilos gruesos que darán relieve a los labios del ojal. A parte de su función estética nos servirán para poder realizar el ojete o forma redonda del extremo del ojal que estará en contacto con el pie del botón. Por otro lado nos servirá para que la puntada del punto de ojal sea regular.
Para el alma del ojal podemos utilizar agremán (conocido también como brajolí, originariamente palabra en catalán pero que me consta que se utiliza en otras partes de España). El agremán es un torzal bastante grueso y rígido, su superficie es áspera y se podía encontrar en varios colores. No debemos confundir el agremán de sastre con el agremán que se utiliza en pasamanería que es más fino y no tiene su superficie áspera. La rugosidad del agremán es óptima para fijar la puntada de ojal que generalmente se realiza con torzal de seda natural. El torzal de seda resbala realizando el ojal con agremán hace que cada puntada quede en su sitio evitando así el desplazamiento de los puntos. Enhebraremos el agremán con una aguja lanera con punta ya que el ojo de la aguja sastre será demasiado pequeño para enhebrarla.
Si no disponemos de agremán hay otra forma de animar el ojal que, aunque un tanto más laboriosa, creemos que es más eficaz. Se realiza con hilo de cáñamo o de lino que generalmente se comercializa en crudo. Debido al grosor del hilo de lino o cáñamo, éste será enhebrado en una aguja lanera con punta al igual que el agremán.
Según el grueso que tenga el hilo de cáñamo lo utilizaremos doble o simple. En el caso en que lo utilicemos doble, una vez enhebrada la aguja regularemos las dos hebras de hilo para que tengan la misma longitud. Retorceremos el hilo para hacer un hilo del doble grosor.
Para que el hilo no se “desenrede” pasaremos el hilo retorcido sobre la cera de una vela. El hilo surcará la cera de la vela y se impregnará de cera. El resultado será un hilo un tanto pegajoso y que mantendrá la torsión que le hemos dado. Para encerar el hilo deberemos pasarlo varias veces en la cera de la vela.
Si el hilo es ya suficientemente grueso para hacerlo servir simple aconsejamos de encerarlo de todas formas: la cera tendrá una cuádruple función:
a.- permitir de hacer más cómodamente el punto de ojal ya que la cera no permitirá que el torzal de seda se mueva demasiado
b.- permitir que la torsión que le hemos dado al hilo de cáñamo se mantenga ( en el caso de que sea doble)
c.- una vez acabado el ojal, en el proceso de plancha del mismo, la cera se derretirá fijando por un lado el trenzado del hilo de cáñamo, en segundo lugar al enfriarse la cera hará que el hilo de cáñamo quede pegado moldeando la forma que hemos dado al ojal ( como si fuera un alambre)
d.- “pegará” la parte interna de la puntada de ojal al hilo de cáñamo manteniendo el bordado en la posición que hemos decidido.
En la imagen anterior hemos mostrado la comparación de las agujas lanera, sastre y modisto.
La aguja lanera es más gruesa, más larga y con el ojo más alargado para poder enhebrar la lana que es más gruesa que el hilo de coser.
La diferencia entre las agujas sastre y modisto reside principalmente en su largo. La aguja sastre es muy corta y es útil para poder dar las puntos atrás y el punto de cruz más rápido porque al ser más corta no tenemos que retroceder la aguja. Por otra parte al ser más corta no nos pincharemos encima de la una de la mano izquierda ya que el recorrido de la aguja suele ser más o menos de la distancia de las dos manos a la hora de dar la puntada.
La aguja sastre al ser más corta tiene más resistencia a la torsión por lo que no se tuerce tan fácilmente como la aguja modista. En las labores de sastre, al tener las entretelas, pasamanes… la aguja se ha de acompañar con mucha más fuerza (recordemos que todo el trabajo sastre se hace con el lado del dedal nunca con la punta. Si acompañamos la aguja con el lado del dedal aprovechamos toda la fuerza del brazo, si lo hacemos con la punta del dedal sólo empleamos la fuerza de las falanges del dedo. Por esto el dedal sastre está abierto en la parte superior)
Ya que hemos hablado de las agujas sastre y modista aprovechamos para recordar que la numeración de ambas ajugas van al revés: la aguja modista más alto es el número más fina es la aguja mientras que en la aguja sastre más alto es el número más gruesa y más larga es.
Volviendo al tema de los hilos de cáñamo: en la próxima ilustración mostramos cómo preparar el hilo de cáñamo:
Una vez enhebrada la aguja lanera ya sea con el agremán, el doble hilo de cáñamo o el hilo de cáñamo simple (los hilos de cáñamo encerados), haremos un nudo al final de la hebra o hebras (en el caso del hilo de cáñamo doble).
Pincharemos un par de centímetros antes de que empiece el ojal y sacaremos la hebra un centímetro antes del inicio del ojal tal y como mostramos en la siguiente ilustración.
En la primera imagen vemos como entramos la aguja en la segunda imagen vemos como el alma del ojal corre paralela al labio del mismo y queda trabada por el nudo. Hemos simbolizado el alma con un hilo de color rojo (el procedimiento será el mismo en caso de uno o dos cabos).
Ahora ya está preparado el ojal con su hilván, su sobrehilado y su alma. Ahora sólo falta bordar el ojal. Esta operación se hará con aguja de sastre y con torzal de seda.
La segunda parte la publicaremos en el próximo post.