Determinación de la tabla de medidas.
Si queremos adentrarnos en las proporciones del hombre nos encontramos ante un rompecabezas con un sinfín de números.
Tal como dijimos en el post anterior,( «La simetría…»), el mayor impulso de la antropometría se dio a partir de la década delos cuarenta del siglo pasado. Este impulso se generó debido al interés que suscitaron las medidas del cuerpo en la aeronáutica militar para poder perfeccionar sus máquinas de matar. Es una lástima pero la humanidad evoluciona por las guerras.
La mayoría de medidas recabadas fueron de cadetes del ejército y por lo tanto la inmensa mayoría de hombres comprendidos entre los 18 y los 40 años, dejando fuera de las mediciones a la población masculina mayor de los cuarenta y menor de los 18. El porcentaje de mujeres en el ejército es ínfimo respecto al de los hombres.
Dentro de esta muestra masculina de la franja de edad medida no contempla toda la franja de conformaciones: las conformaciones obesa y robusta quedan fuera de la muestra.
Actualmente se existen datos de todos los sexos y edades pero las muestras son muy recientes para según qué cálculos.
Otro de los problemas son las medidas. Las medidas que se toman en antropometría son diferentes de las que nos interesan en moda. La medida base es la estatura, medida que en moda pocas veces consideramos.
Los datos antropométricos vienen dados en promedios en base a la estatura, por lo que los anchos del cuerpo que son los que nos definen las tallas vienen desdibujados.
Otro problema importante es la exactitud de la medidas tomadas y la forma de tomarlas (si se mide a los cadetes con zapatos o sin da un resultado de estatura diferente). Actualmente las mediciones antropométricas son mucho más precisas que las medidas que se manejaron al inicio de esta ciencia.
Los datos de antropometría pueden ayudar en moda a confirmar una serie de medidas pero no las suplen. Podemos con ciertas reservas deducir las medidas que nos interesan y construir tablas que luego deberemos comprobar.
Por otro lado existen las proporciones del cuerpo humano que se han utilizado en toda la historia para realizar esculturas y pinturas que a principios del siglo pasado fueron revisadas por anatomistas para certificar su veracidad.
Junto a esto, tenemos una serie de datos forenses que nos dirán si los cánones antiguos eran sólo una proporción de belleza o respondían a la verdadera naturaleza del hombre y nos permitirán ver la evolución del cuerpo del hombre.
A parte hay mediciones sobre el crecimiento del cuerpo humano desde el nacimiento hasta el fin de la vida, con éstos, comparando las medias con las medidas de personas concretas podemos tener otros datos certificados.
Con los datos existentes de campos de refugiados y datos antropométricos de épocas de hambruna postguerra podemos sacar conclusiones importantes de la acumulación de grasas en el cuerpo humano.
Muchos de los datos que deberemos manejar son realmente escalofriantes, si pensamos de la forma en que fueron obtenidos. A parte de los datos de decremento de peso por hambre, los datos antropométricos de principio del siglo XX de los recién nacidos, debido a la dificultad de tomar las medidas en neonatos vivos fueron tomadas en bebés que murieron al nacer.
Todos los datos que hemos mencionado, debidamente ponderados y analizados nos darán unas bases proporcionales del cuerpo humano con las que elaborar en un primer tiempo las medidas de un hombre perfecto, entendiendo por perfecto “común”, “del montón”, “el hombre”. Una vez tengamos el hombre “tipo”, aplicando los cambios morfológicos que diferencian el hombre de la mujer podremos obtener la “mujer perfecta”, ·común”, “del montón”.
Una vez tengamos la mujer y el hombre “ideales” deberemos “deformarlos” para que se ajusten a nuestro target requerido.
Las medidas obtenidas con estos cálculos deberemos certificarlos con pocas mediciones para ver si hemos trabajado correctamente.
Según el tipo de prendas que deseemos hacer “deformaremos” estas medidas para aumentar los percentiles de cada talla. Con las medidas que hemos certificado las primeras tablas comprobaremos que el percentil 50 pueda soportar las medidas retocadas, en caso afirmativo habremos confeccionado nuestra tabla de medidas ajustada a nuestro target.
Los modelos de fitting para nuestra línea deberán cumplir todas las medidas de nuestra primera tabla antes de la “deformación”, con ello nos aseguraremos que en las sesiones de prueba sean fiel reflejo de la prenda sobre el cliente final.
Con este procedimiento podremos asegurar menos retoques e incluso prescindir de la técnica del escalado como veremos más adelante.